En mi opinión, para esclarecer la consigna, debemos establecer qué entendemos por "unidad de las funciones". Podemos definir "función" como el papel que cumple un cierto ente dentro de un sistema. Por lo tanto, nuestra consigna consistiría en analizar los distintos papeles que cumple el dinero dentro del sistema capitalista que describe Marx. Evidentemente, en el capitalismo hay dinero. Entonces, la consigna nos llevaría a plantearnos ciertas preguntas que se derivan de nuestra definición de "función": ¿Por qué hay dinero? ¿Por qué no podemos concebir un capitalismo en que no hubiera dinero? ¿Qué lugar ocupa el dinero dentro del sistema?
Sin embargo, la consigna no se limita a estudiar exclusivamente la función del dinero dentro del sistema sino que sugiere que existiría una unidad dentro de sus funciones. Entonces, ahora debemos preguntarnos qué entendemos por "unidad".
Una de las definiciones del diccionario para este término sostiene que es una "unión o conformidad entre distintas partes". Ésta será la definición que utilizaremos en el presente estudio. Por lo tanto, al preguntarnos sobre la unidad de las funciones del dinero nos estaremos preguntando si existe una armonía entre los papeles que cumple el dinero dentro del sistema capitalista. Ahora podremos plantear una serie de problemáticas que se derivan de nuestra reformulación de la consigna: ¿Todas las funciones del dinero convergen armoniosamente? ¿Existe alguna contradicción entre ellas?
Puesto de esta manera, estas preguntas aún podrían parecer algo abstractas. En efecto, quizás no se entienda con total claridad qué significa "armonía" y "contradicción". Por lo tanto, aún debemos reformular nuevamente la consigna para resolver este problema. Nuestra nueva reformulación utilizará el concepto de "valor" al que aún no nos hemos referido.
Sabemos que el valor es una propiedad de la mercancía. Veremos a lo largo del estudio que el dinero surge como un paso necesario dentro del desarrollo de la mercancía. Por lo tanto, sus distintas funciones deberían permitir que la ésta cumpla con su objetivo dentro del sistema capitalista: intercambiarse y circular para que los productores satisfagan sus necesidades.
Ahora sí podemos plantear más concretamente nuestra problemática. Si todas las funciones del dinero sirven para que la mercancía cumpla con su causa final, diremos que existe una unidad entre ellas. Si al menos una de las funciones del dinero no lo permite, diremos que tal unidad no existe.
Probablemente existan otras maneras de plantear el problema y resolverlo. Sin embargo, en este estudio nos guiaremos por las premisas que hemos definido. Por lo tanto, en base a lo que hemos dicho, plantearemos una serie de preguntas que nos guiarán a lo largo de este trabajo. ¿Qué relación existe entre valor y dinero? ¿Por qué es necesaria la existencia del dinero? ¿Cuáles son las funciones del dinero? ¿Existe una unidad entre sus funciones? Como podrá apreciarse, el trabajo estará centrado fundamentalmente en la cuestión del dinero. El problema del valor lo abordaremos de una manera mucho más escueta pues ha sido ya el objeto de un estudio anterior. Tampoco nos detendremos demasiado a estudiar la teoría anti-cuantitativa del dinero.
Ahora que ya hemos definido claramente nuestra problemática y nuestros objetivos, presentaremos la estrategia expositiva. La tesis que intentaremos probar es que no hay unidad entre las funciones del dinero y justamente esta ausencia de unidad será una condición necesaria del capitalismo pues es lo que, en definitiva, permitirá la transformación del dinero en capital.
El esquema que seguiremos en este estudio será el siguiente. Comenzaremos por el análisis de la mercancía y presentaremos el concepto de valor. Luego, veremos por qué el valor se manifiesta necesariamente en el dinero. En ese punto, ya habremos encontrado la primera de las funciones del dinero: la medida de valor. Aquí veremos que el dinero es una consecuencia necesaria del desarrollo de la mercancía. En un tercer momento, presentaremos sus otras dos funciones y nos preguntaremos qué unidad podemos encontrar entre todas ellas. En mi opinión, la unidad se encuentra tan sólo entre las primeras dos funciones. La función de dinero como dinero es, desde mi punto de vista, la negación de las primeras dos pero al mismo tiempo es necesaria para comprender por qué el dinero se transforma en capital. De este modo, nuestro análisis no quedará contenido exclusivamente dentro de la teoría de la mercancía sino que nos permitirá abrir las puertas de la teoría del capital.
Ahora bien, con el desarrollo del capitalismo la función de dinero como dinero adquiere cada vez una mayor relevancia. El dinero deja de ocupar el lugar central en la circulación para ubicarse en los extremos. Esto es lo que Marx describirá como la transformación del dinero en capital caracterizada por el esquema D - M - D’. Lo que importa destacar aquí es que no existiría esta transformación del dinero en capital si el dinero no se independizara de la mercancía, si la tercera función del dinero no apareciera como la antítesis de la función como medio de circulación.
En efecto, hasta podríamos decir que el nombre "capitalismo" proviene de esta función del dinero como dinero. Es justamente esta tercera función la que modifica, desde mi punto de vista, el objetivo del metabolismo social: la voluntad de los individuos (gobernada por las mercancías) ya no consiste en cambiar mercancías por otras para satisfacer distintos valores de uso.
La voluntad de los individuos es acumular dinero. Por lo tanto, en ambos extremos del ciclo nos encontramos con algo cualitativamente idéntico: dinero, expresión del valor social. Esto es algo que sólo ocurre con la mercancía dineraria y nunca con las demás. En efecto, el zapatero no va al mercado para cambiar un par de zapatos por otro par de zapatos. Ni siquiera iría a cambiar un par de zapatos por dos pares de zapatos. Él no necesita más de su misma mercancía pues tiene otras necesidades que satisfacer. Pero curiosamente, sí va al mercado con la voluntad de cambiar una onza de oro por dos onzas de oro. Aquí vemos claramente que el dinero no es una mercancía como las demás.
No es objetivo de este trabajo el estudiar cómo es que se produce la acumulación del capital. Sin embargo, en este momento del análisis, ya podemos señalar una condición sine qua non de la acumulación capitalista: la consideración del dinero como un fin y ya no como un medio. Por lo tanto, vemos aquí que el modo mismo de producción capitalista en que vivimos reposa, en su base, sobre esta contradicción entre las funciones del dinero. Sólo si consideramos al dinero como el objetivo de todos los poseedores de mercancías podremos comprender por qué este se transforma en capital.